sábado, 12 de julio de 2014

Usos tradicionales de los bosques

Por Francisco Chapela

Los bosques del mundo han sido fuente de energía, materiales de construcción, forraje, plantas medicinales y plantas comestibles. En zonas de clima extremo, la caza es una fuente importante de alimentación para la gente. Además los bosques han servido para captar el agua que es fundamental para la vida en pueblos y ciudades. Es común que las zonas agrícolas de alta productividad, dependan de agua captada en zonas forestales cercanas o localizadas a muchos kilómetros aguas arriba.

Para obtener los beneficios que proporcionan los bosques, se han desarrollado prácticas de manejo, a las que se les da la forma de recomendaciones, costumbres o tabúes, que con una lógica de costumbre, práctica productiva o práctica religiosa, propician ciertos procesos ecológicos que benefician a las poblaciones humanas, o mantienen las tasas de aprovechamiento dentro de límites ecológicamente sostenibles.

Así, los Saami (también llamados Lapones) en el norte de Suecia, Finlandia, Noregua y Rusia, desarrollaron prácticas de manejo, mediante las cuales lograron un balance entre las poblaciones de renos, las de árboles, pastos y líquenes. Mediante el establecimiento de zonas de pastoreo de invierno en las tierras bajas y de verano en las tierras altas, mantenían un régimen de perturbación sobre los bosques boreales tal que se mantuvo la cubierta forestal por al menos cuatro siglos, al mismo tiempo que el pueblo Saami se convirtió en el cuidador del 25% de los renos del mundo. En la actualidad, el pueblo Saami en Suecia, Noruega y Finlandia está dando una lucha fuerte por lograr que se les reconozca su derecho a mantener sus sistemas tradicionales de manejo de los recursos forestales, frente a las grandes operaciones madereras, que impactan negativamente a los bosques, lo cual no es fácil, considerando que para Suecia y Finlandia la producción de madera y sus derivados forma una parte importante de sus exportaciones (Baer, 1996).

De manera semejante, los Tlaxcaltecas desarrollaron un esquema de apertura de claros en los bosques de las faldas del volcán Malitzin en México, que permitía en el corto plazo el aumento de los recursos forrajeros, lo cual inducía un aumento en la población de venados. Esos claros en el bosque permitían también en el mediano plazo lograr una estructura demográfica de los árboles bien balanceada. Para cosechar la carne de venado, existía un esquema teocrático, mediante el cual se encerraba un grupo grande de venados y se atrapaba a los que fuera posible. Sin embargo existía un tabú para el uso de armas en la captura de los venados. Este tabú aseguraba que el segmento de venados jóvenes y de adultos fuertes y sanos, no se viera afectada. Era el segmento de animales débiles y viejos el que se capturaba, con lo que se aseguraba la viabilidad de la población de venados. Con la inducción de claros en el bosque y con un tabú, los tlaxcaltecas se abastecieron de proteína de alta calidad, sin poner en riesgo a la población de venados y manteniendo bosques sanos y vigorosos (Caballero, 2014).

Otros ejemplos de sistemas tradicionales de manejo hay por todo el mundo. Igual que los Saami y los Tlaxcaltecas, distintos grupos humanos han desarrollado costumbres, tabúes, técnicas y culturas, que han permitido por siglos manejar de manera sostenible los bosques, de acuerdo con las circunstancias ecológicas, económicas, sociales y culturales de cada caso. Ciertamente, lo más común ha sido que esos sistemas socio-ambientales no se hayan orientado hacia la producción de madera. Saamis y Tlaxcaltecas, privilegiaron la producción de renos y venados.

Por otra parte, los bosques han sido tradicionalmente una fuente importante de energía proveniente de la leña. En la actualidad, en comunidades rurales del Noroeste de India el 90% de los hogares dependen de la leña (Bhatt y Sachan, 2004). En México, la leña ha sido una fuente fundamental de energía y hoy en día es la fuente de energía renovable más importante (SENER, 2013) (1). Los usos de la leña como fuente de energía, han ido también acompañados con el desarrollo de reglas de acceso y uso que en muchos casos han sido exitosas en mantener la productividad forestal. Sin embargo, al vincularse las zonas rurales con mercados nacionales e internacionales y al manipularse las estructuras de precios, se vuelve atractivo usar el suelo para ganadería o plantaciones industriales. El abandono de los esquemas tradicionales de manejo, junto con la exposición a los esquemas de precios sesgados, es una de las causas más evidentes de la deforestación en países como Ecuador (Wunder, 2000).

Notas

(1) La principal fuente de energía de México, es el petróleo. La biomasa (es decir, leña y bagazo de caña) es la fuente renovable más importante, pues aportan el 2.81. y 0.99% del balance nacional; es decir, el 3.79% de la energía del país, mientras que las energías nucleoeléctrica, hidroeléctrica, eólica y geológica aportan 1.16, 1.42, 0.06 y 1.62% respectivamente. (SENER, 2012)

Referencias

Baer, Lars-Anders. Boreal forest dwellers: the Saami in Sweden. UNASYLVA-FAO- (1996): 16-21.

Bhatt, B. P., and M. S. Sachan. Firewood consumption pattern of different tribal communities in Northeast India. Energy Policy 32.1 (2004): 1-6.

Caballero, Carlos. El manejo tradicional de los bosques en Tlaxcala. Estudios Rurales y Asesoría, entrevista realizada por Francisco Chapela. Junio 2014.

Secretaría de Energía (SENER): Balance nacional de energía 2011. México, SENER, 2012.

Wunder, Sven. The economics of deforestation: the example of Ecuador. St Antony's Series - St. Antony's College (UK) 2000.